martes, 6 de junio de 2017

Radioactividad

Residuos radioactivos.- Las centrales nucleares producen residuos durante su funcionamiento. De forma irresponsable, la industria nuclear continúa produciéndolos sin haber encontrado ninguna solución satisfactoria para su gestión. Los residuos nucleares se mantienen radiactivos durante cientos de miles de años durante los cuales hay que almacenarlos y gestionarlos adecuadamente.


Fukushima.- La mayor parte de la contaminación radiactiva se dirigió al océano. Tanto en el océano como en tierra firme el territorio japonés seguirá estando contaminado durante décadas. Pero el actual Gobierno está “sugiriendo” a la gente a volver, en su empeño por allanar el camino a la reactivación de las nucleares de Japón que están paradas. Actualmente solo hay tres en funcionamiento.

El plan de Abe, así se llama el Primer Ministro de Japón, es descontaminar todo antes de 2017. Una vez descontaminado la gente tiene que volver o buscarse la vida, porque en 2018 se eliminarán las pequeñas ayudas que están recibiendo. El problema, claro, está en que la descontaminación es una ilusión. 
El plan solo contempla limpiar las carreteras y los alrededores de las casas hasta unos niveles semejantes a los que soportan los trabajadores de las centrales nucleares. Pero estas zonas “limpias” pueden volver a contaminarse. Ello contando con que no se puede estar fuera de casa más de ocho horas para no acumular demasiada radiación. Pero es eso o nada. 
Central nuclear de Fukushima
Las gentes de la región de Fukushima no son culpables de nada pero cargarán con las consecuencias de por vida. El Gobierno no puede condenar a vivir así a familias enteras, con niños y niñas que tendrán que lidiar con la radiación para siempre. Un trabajador de una central nuclear puede haber decidido, y haberse preparado, para convivir con tasas de radiactividad más elevadas que el resto de las personas. Pero no condenar a los menores y las generaciones futuras a ello es terrible e irresponsable. Es condenarles a ser los nuevos hibakusha (afectados por las explosiones de Hiroshima y Nagasaki).

Desastres nuckeares.- Según el Instituto Max Planck, un accidente nuclear catastrófico como los de Fukushima o Chernobil puede producirse en algún lugar del mundo una vez cada 10 o 20 años. Según el Informe World Nuclear Industry Status Report 2013, en 2012 la generación mundial de electricidad de origen nuclear se redujo en un 7%, lo que supera la caída récord del 4% de 2011. La participación nuclear en la generación de electricidad en el mundo disminuyó de forma constante desde el máximo histórico de 17% en 1993 hasta el 10% en 2012.

La nuclear no es una energía alternativa frente al cambio climático, ya que incluso triplicando la capacidad nuclear mundial únicamente daría lugar a un 6% de reducción de las emisiones de carbono, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Por otra parte, ha quedado comprobado cómo cuando Alemania ha decidido cerrar las nucleares de manera ordenada no ha habido problemas y cómo Japón paró todas sus nucleares, 54 en total, de manera “precipitada” tras el desastre de Fukushima y tampoco ha pasado nada.

Material contaminado en Chernobyl

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