Justo al lado de la boca del puerto de Baltisk al mar Báltico cerca de la Fortaleza de Pillau (Крепость Пиллау), en el óblast de Kaliningrado, junto al monumento de la Emperatriz Isabel (Памятник императрице Елизавете Петровне), hay unas piedras que seguramente trajeron para construir el espigón pues allí lo natural son la inmensa playa de arena y las dunas. Entre las piedras hay huecos un poco profundos como pequeños pozos que en el fondo tienen arena y allí puedes meterte entera en el agua sin necesidad de andar más de 100 m mar adentro por la arena muy poco profunda de algunas zonas de la estrecha zona entre la laguna y el mar.
Aunque tienes que ir con cuidado si vas descalzo pues estas piedras tienen cantos cortantes y a veces son resbalosas, si consigues adueñarte de una buena piedra plana para tenderte a tomar el sol y de un buen pozo para refrescarte, ya tienes unas horitas de agradable pereza tendida al sol como lagartija.
Muchas veces he estado por allí cuando vivía en Baltisk (hasta 2014) con mis amigos marinos o más recientemente con Katya una de las veces que hemos ido allí y hace pocos días con mis amigos viajeros que les quise mostrar dónde me bañaba hace años y que probaran la fría y dulce agua del mar Báltico (solo los niños se metieron realmente en el agua).
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