7 de junio de 2017.- Resulta realmente sorprendente la cantidad de tiendas de moda que existen en Helsinki, objetos de regalo, muebles y complementos, todo en fantásticos y modernos diseños. Si Copenhague y Estocolmo nos sorprendieron, Helsinki ya es la hostia !!! y aquí no he podido resistir comprar alguna cosilla para Nastia a la que veré esta tarde en San Petersburgo. La he comprado un bolso-cartera de diseño en piel que creo que le gustará pues ella siempre lleva un bolso tipo saco en el que cada vez que tiene que buscar algo está removiendo todo lo que lleva mezclado en el fondo del saco.
Por fin nos dirigimos al aeropuerto en la vecina ciudad de Vantaa y partimos hacia San Petersburgo. Nuestro avión, el Falcon 2000S de Albert está preparado, limpio y ya creca del punto de embarque con nuestros excelente pilotos: Albert y Joaquín en la cabina de mando.
Pequeña cocina del Falcon 2000S |
Llegamos a San Petersburgo a la hora prevista (una hora y 20 minutos de vuelo) pero tenemos que adelantar una hora el reloj para ponerlo en la hora de Rusia occidental . son las 8:30 que es como si el vuelo hubiera durado dos horas y 20 minutos. Aviso a los pasajeros para que modifiquen sus relojes o vayan sumando mentalmente una hora a sus relojes para saber en que hora están.
En la llegada empiezan a ocurrir las sorpresas. Lógicamente hay dos entradas y mis viajeros van por una y yo voy por otra como ciudadana rusa. Con mi pasaporte, aunque mi fila es mucho mas larga pues se juntan pasajeros de otros vuelos "domésticos" también es más rápida y con mi pasaporte digo, en el que figura el sello del Consulado de Barcelona, paso sin ninguna revisión de equipaje.
Entonces me dirijo a la salida de ciudadanos no rusos en la sala grande del aeropuerto de Pulcovo y veo que a mis pasajeros se disponen a revisarles sus maletas y en este momento un grupo de jóvenes soldados que acaban de llegar de la zona de la Carelia antigua finlandesa al norte de San Petersburgo que se acaban de incorporar al servicio militar y se dirigen a Moscú me reconocen por los carteles publicitarios de promoción del alistamiento femenino que están en todas las oficinas de reclutamiento y de los cuarteles de las Fuerzas Armadas rusas y me aplauden ellos y otros que me han visto y le digo al policía que iba a revisar el equipaje de mis viajeros que vienen conmigo y le muestro mi pasaporte. El policía los deja pasar inmediatamente y se pone a aplaudir como los demás.
Para mí resulta muy emotivo que los soldados quieran saludarme y para mis viajeros resulta mucha sorpresa pues nada saben de esos carteles militares.
Entre los que se acercan a saludarme está Nástia, mi amiga, que me abraza. Cuando ya se calma el tema aplausos recojo a mis pasajeros y nos dirigimos a un autobús mediano de unas 20 plazas que ha traído Nástia del hotel. Aparecen Albert y Joaquín y nos vamos todos al hotel.
En el trayecto desde Pulcovo les cuento a todos mi relación con las Fuerzas Armadas y las cinco series de carteles publicitarios que hemos hecho en los cinco emplazamientos de Severomorsk, Sebastopol, Ufá, Vladivostok y Petropaulosvk de Kamchatka y que ya he descrito en este blog, en varios posts, con el título de "Mi trabajo actual".
Al llegar al hotel Renaissance ya tenemos la mesa preparada para la cena y después de acomodarnos en las habitaciones bajamos a cenar. Nástia nos sirve la cena, aunque ella entra a su turno nocturno después de las cenas, ha pedido para estar con y para nosotros estos días que estaremos aquí.
Interior del hotel Renaissance en San Petersburgo |
No hay comentarios:
Publicar un comentario