Surge
en Italia en 1986 de la mano del periodista Carlo Petrini ante la
protesta de la apertura de un McDonals (establecimiento de comida
rápida Fast Food) en la Plaza de España en Roma. Inicialmente el
movimiento fue Slow Food, luego se extendió hacia otros ámbitos de
la vida como Slow life, Slow sex, Slow cities, etc. La filosofía de
la lentitud. Esta filosofía aboga por un mayor control del tiempo.
Que seamos nosotros quienes controlemos el tiempo, y no que sea éste
quien nos domine. Si conseguimos este control, estaríamos hablando
de una mayor calidad de vida. Pasear, hablar con los amigos, cocinar,
disfrutar de las pequeñas cosas…
Hoy
más que nunca, el individuo moderno vive sumido en una particular
carrera de obstáculos en la que controlar el cronómetro hasta la
milésima determina nuestra existencia. La desconexión del medio
natural y su tempo, ligado a las estaciones y demás factores que
escapan a nuestro control, parece un espejismo en las sociedades
occidentales de hoy en día. Las ciudades se vuelven anónimas y
levitamos, sumidos en nuestro peculiar universo de intereses. La
prisa es el motor de todas nuestras acciones y la cinética de grand
prix envuelve nuestra vida acelerándola, economizando cada segundo,
rindiendo culto a una velocidad que no nos hace ser mejores.
Difícil de compaginar en personas como tú, que viven la vida en tantos lugares, y tal velocidad. Pero necesario sin duda alguna. Me viene a la mente un verso de Juan Ramón Jiménez:
ResponderEliminarDespacio, despacio...
que quiero sentir a cada paso,
los granos de arena que voy pisando.
Cierto pero aunque sea difícil de compaginar vale la pena reposar y intentar saborear tranquilo los buenos momentos y aprender a disfrutar las pequeñas cosas que nos rodean y saber comunicar a nuestros amigos esa tranquilidad y ese disfrute.
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