Los
medios de vida basados en la pesca, el cultivo de arroz, los viajes,
el turismo y el suministro de agua dependen de los humedales, que
también son esenciales para nosotros por otras muchas razones.
Albergan una enorme variedad de vida, protegen nuestro litoral,
actúan como esponjas naturales que nos protegen de las crecidas de
los ríos y almacenan dióxido de carbono, que regula el cambio
climático.
Desgraciadamente,
los humedales se consideran a menudo como terrenos baldíos y desde
1900 ha desaparecido más del 64 % de estos.
Desde
los manglares tropicales a las llanuras heladas de Siberia, los
humedales son cruciales para la buena salud de nuestro planeta. Son
zonas cubiertas de agua temporal o permanentemente, se extienden
aproximadamente por el 6% de la superficie terrestre, y su diversidad
es asombrosa: lagos, estuarios, charcas, marismas, mares poco
profundos, llanuras de inundación, arrozales
Dentro
de su enorme rango de formas y tamaños, la función de todos los
humedales es similar. Actúan como “riñones” de la naturaleza
purificando el agua y filtrando contaminantes, rellenan los acuíferos
de los que dependemos para beber, protegen a millones de personas de
las inundaciones en los ríos y en las costas, y son el hogar de una
biodiversidad asombrosa: se calcula que el 12% de todas las especies
conocidas viven en humedales de agua dulce.
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